Sigue consejos y llegarás a viejo. Eso es lo que escuchamos. Suena a cliché, pero es cierto. Las vidas mayor parte de la gente que la pasa a millón, desenfrenadamente, se apagan temprano. Es un privilegio llegar a viejo; es por ello que hay que respetar y aprender de los mayores en la familia.
Muchas personas se aprovechan que sus abuelos ya no oyen bien, no ven, no caminan tan rápido y no recuerdan nada porque sus memorias se le ha borrado un poco.
Como nieto, usted debe tener mucho respeto con estas personas que cuando estuvieron llenos de vida le cambiaron los pañales y los bañaron en más de una ocasión.
Es cruel, pero hay gente que hace chiste de la dentadura postiza que usan nuestros abuelitos. Se las esconden cuando la comida del día es algo duro como el patacón; otros, aprovechando que los seniles no ven, comienzan a sobarse con sus novios por parte que usualmente no lo harían si la vista estuviera bien.
Las burlas son a cada momento. La más común es hablar mal delante de abuela o abuelo, solo porque sabe que él o ella no escucharán sus obscenidades que conversan con sus amigos.
Si usted recuerda el principio de la vida, debe conocer que -al igual que las plantas- los hombres nacen, crecen, se reproducen y mueren. Esa es una ley fija, teniendo claro que antes de la muerte está la vejez, una etapa de la que no se escapa nadie, salvo los que mueren muy jóvenes por una enfermedad o a consecuencia de un accidente de tránsito.
Si quiere ser tratado con respeto y que nadie se burle de usted cuando llegue a la vejez, comience desde ya por tratar bien a su abuelo. Tal vez sus hijos le cuenten a sus nietos que tan noble de corazón fue.
Nunca es tarde para empezar a ser una excelente persona y corregir las malas prácticas que nos ubican en el renglón de las personas con manchas negras de comportamiento insano.
Si tan solo esos abuelitos que usted molesta pudieran recuperarse de sus debilidades propias de la edad, tal vez usted se hubiera dejado de pendejadas porque nadie lo salvaría de la cuera que se merece.
Recuerde que si tiene suerte, usted también llegará a viejo. Y no le gustaría que lo trataran así.