Muy pocas veces salgo de mi natal Colón para tiempos de Carnaval. La razón es sencilla, durante los últimos 14 años fui legislador y apoyé fuertemente esta actividad de alegoría en mi provincia.Sin embargo el espiral de la política interna de mi partido el PRD, me ha obligado a recorrer algunas áreas de la geografía nacional precisamente para ubicar algunos compañeros delegados y como buen militante y aspirante a un puesto en el Comité Ejecutivo Nacional, solicitarle su voto y a la vez brindarle mi visión sobre los difíciles momentos que le espera a mi partido, de no hacer las rectificaciones con el suficiente tiempo y sobre todo evitar que las agendas personales priven sobre los principios de nuestro colectivo.
En 1990 el PRD atravesó su peor momento. Aun recuerdo las reuniones semiclandestinas donde en mi condición de legislador de la República, en algunas ocasiones me comuniqué personalmente con el presidente Guillermo Endara para facilitar el diálogo de copartidarios, cuando los "aliados" populares de hoy nos perseguían al mejor estilo de las "Brujas de Salem".
Pero los tiempos son cambiantes, y nos recuperamos a fuerza y tenacidad con base a la experiencia y sobre todo a la dinámica de los históricos dirigentes de ese momento, entre ellos el ex secretario general y ex presidente Ernesto Pérez Balladares.
En 2009 el PRD enfrentará otro gran reto electoral, pero con la diferencia de que los carteles económicos y las grandes chequeras especulan con el control de nuestro partido, con una dirigencia interna devaluada, más bien adicta al poder, con tendencias megalómanas y el narcotráfico que muestra sus dientes en la política local.
No será fácil el 2009, sobre la experiencia y la capacidad probada (no inventada, ni comprada ni trasmutada) en liderazgo, cambios, organización, sentido de visión y sobre todo un discurso constructivo de unidad sobre las grandes amenazas que encierra nuestro país, nos hará triunfar una vez más en los comicios venideros.
Los verdaderos líderes PRD piensan en la gran masa que conforma nuestro partido, en su porvenir y bienestar. Pero sobre todo en la sociedad, que siempre espera lo mejor del PRD, no en las cuentas bancarias ni en los yates, aviones y mansiones de los nuevos dirigentes de bolsillo y sus círculos de amistades, (léase "yeyesones" que emergen con la clase política que "tienen mucha suerte" para el negocios, que ocupan altos cargos gubernativos, que no son ni serán PRD y ahora han descubierto que esta actividad en nuestro partido es su mejor inversión). Son virus políticos que se acomodan a sus intereses.
Prudencia, reflexión y criterio propio, amigo delegado, a la hora de emitir su voto. Hágalo con propiedad, conscientes de votar por los mejores, para construir se necesita mucho tiempo, para destruir sólo basta una mala decisión. Nuestra organización es la única herencia política de nosotros... LA BASE... cuidémosla.