Cuando un equipo de pelota va ganando ampliamente, todo se transforma en gracia y por el mínimo chiste los jugadores y fanáticos se doblan de la risa. Pero cuando sucede lo contrario, como le está ocurriendo al PRD, surgen peleas hasta entre los directores de la novena, en el "dogaut" no le dan ni agua a los peloteros, el encargado de ponerle el abrigo al lanzador se hace el sueco y el director, ante la paliza permanece a diario con cara de teléfono ocupado.
Desde los tiempos en que el finado Remón Cantera patrocinaba la pelota caliente en Capira, venimos escuchando jergas utilizadas por los pueblerinos, cuando su equipo de "beis" iba recibiendo garrote parejo... aquellos gritos de esperanza tales como: El mangle arde verde, en la puerta del horno se quema el pan y la pelota es redonda, se daban cuando en el juego persistía ánimo en los jugadores, no el derrotismo que cunde en el PRD del 2009, que no tiene buenos lanzadores ni bateadores, el director yace en 1972 (leyendo el diccionario marxista de Martha Heinecker), y lo peor y nunca visto en una contienda política ó deportiva es que, como está cerrándose el noveno episodio y no remontan, los patrocinadores prácticamente han entrado al cuadro desclavando sus letreros de apoyo de la barandilla de centro izquierda; nadie quiere darles ni un centavo más, la afición se está retirando y solamente unos cuantos áulicos que no saben jugar, gritan defendiendo la sopita caliente y las millas de viajeros frecuentes.
Pero estas peleas que bullen en el partido político más grande de panamá, sorprende únicamente a la mitad del macizo de borregos inscritos, que estalle en medio del partido más importante que se realiza cada cinco años, la otra mitad pensante, percibe que a uno de los "peliones" (tira la piedra y esconde la mano), no le importa quien gane la presidencia, pues el quiere el mando de su partido, aún derrotado, escaldado en llagas por un mal gobierno y fracasado por imponer a base de traiciones un techo muy limitado como para repetir gobierno en un país saca clavo como el nuestro.