Una relación de pareja, en sus inicios, se basa en el encanto y la felicidad; sin embargo, cuando se formaliza, en ciertos casos, comienzan los altibajos porque no se quieren compartir las responsabilidades.
La principal discusión en una relación son los quehaceres diarios, a veces, el hombre trabaja más que la mujer y viceversa. La solución es sencilla, hacer un reparto justo y equitativo de las tareas en función de los horarios en el caso de que ambos trabajen.
Por otro lado, es sabido que la rutina es una pesadez, aunque sea en el noviazgo, por eso, siempre procura tener una idea fenomenal que sorprenda a la persona que tienes al lado. Eso de llegar, cocinar, comer, reposar, acostarse a dormir, conversar un poco, con el tiempo suele aburrir a algunos de los dos. En este caso, siempre y cuando la situación económica lo permita, tomen la costumbre de salir a comer, ir al cine, o sencillamente si el dinero no alcanza cocinen juntos, es un excelente ejercicio.
Algunas veces son las circunstancias externas las que hacen tambalear una relación, por eso siempre será importante la comunicación y la sinceridad para evitar malos entendidos.