La Asociación Olímpica Británica dijo ayer que enmendará el contrato que trata de obligar a los atletas de este país que acudan a los JJ.OO. de Pekín a abstenerse de participar en protestas políticas contra la situación de los derechos humanos en China.
Según informó ayer el dominical "The May on Sunday", se trata de la primera vez que se inserta esta polémica cláusula en los contratos de los atletas olímpicos.
A partir del momento de la firma, los atletas británicos no podrían hacer ningún comentario sobre los abusos de los derechos humanos o la ocupación ilegal del Tibet, señala el periódico.
Las autoridades olímpicas británicas tomaron esa decisión, dice el dominical, aunque otros países, entre ellos Estados Unidos, Canadá, Finlandia y Australia, no han querido amordazar de esa manera a sus atletas.
El líder del Partido Liberal Demócrata, en la oposición, Nick Clegg acusó a los funcionarios olímpicos de este país de inclinarse ante los dirigentes chinos y abdicar de sus responsabilidades morales.
El responsable de Cultura y Deporte de los conservadores, Jeremy Hunt, los acusó de haberse extralimitado en su celo a la hora de interpretar las reglas olímpicas.
La cláusula en cuestión, contenida en la sección 4 del contrato, estipula que "los atletas no harán comentarios sobre temas políticos sensibles".