La magia del béisbol se ha hecho sentir durante varias décadas en nuestro país, en las que muchos jugadores han demostrado su talento en cada uno de los torneos nacionales.
El verano es la época y la oportunidad para que las pequeñas figuras de la pelota criolla encuentren ese momento de gloria para hacerse sentir dentro del terreno de juego.
Carlos Martínez es un jovencito que desde los cinco años su amor por este deporte lo llevó a ingresar a Los Astros, una de las escuelas reconocidas en la ciudad capital, donde militó por tres años bajo las órdenes del profesor José Murillo.
Su estancia en esta escuela fue de buenos frutos, ya que tuvo la oportunidad de estar en los torneos nacionales, viajar a Ecuador y Colombia, a la vez ganar experiencia junto a sus compañeros.
"En esta escuela aprendí muchas cosas buenas y técnicas, las cuales me han ayudado en algún momento dado de mi corta carrera", expresó Carlos.
Para el 2004 su buen desempeño le permitió ir a Guatemala a representar a Panamá y jugar el torneo Centroamericano Infantil dejando en alto el nombre del país y ocupó la segunda posición.
"A pesar de que no pudimos salir campeones, me siento satisfecho del buen trabajo que hicimos en equipo y eso es lo importante", dijo el jugador.
Este versátil atleta se desenvuelve en dos posiciones: tercera base y lanzador, algo que es típico en esta categoría.
EL APOYO
"Una de las personas la cual le agradezco su apoyo incondicional es mi abuela que desde chico estuvo en mis prácticas y decisiones", manifestó Martínez.