Algunos especialistas cuando se refieren a la Violencia Familiar prefieren referirse al síndrome de la mujer maltratada. Si bien hay un importante número de hombres golpeados, la gran mayoría de los casos se trata de personas de género femenino.
La mayor vulnerabilidad femenina no sólo se debe a causas físicas, también incide que las mujeres suelen concentrar en la mayoría de los casos, la mayor carga y responsabilidad en la crianza de los hijos, además por diferentes cuestiones culturales condensan las tareas hogareñas y mantienen una mayor dependencia tanto económica como culturalmente de los hombres. Una mujer que abandona su vivienda se encuentra en mayor riesgo que un varón, pero debe tenerse en cuenta que las mujeres que dejan a sus abusadores, éstos la siguen persiguiendo hasta pueden perder sus vida.
En este sentido, entran en consideración tanto el aplastamiento psíquico, la baja autoestima, la educación violenta, como también una consideración al suponer una relación signada de vicios y sistemas psíquicos o relacionales, o un posible montaje estructural subjetivo que impide romper el tipo de relación, etc.
Es muy importante señalar que las mujeres sufren diferentes formas de maltrato. Entre ellos: Lesiones físicas graves: fracturas de huesos, hemorragias, lesiones internas, quemaduras, envenenamiento, hematomas, etc. Lesiones físicas menores o sin lesiones: no requieren atención médica y no ponen en peligro la salud física del menor.
Panamá no escapa de este fenómeno, ya que los últimos años ha aumentado los maltratos a las mujeres, De forma tal, en los medios de comunicación han aparecido noticias donde mujeres fallece producto de la violencia familiar. Los especialista recomiendan que para no llegar a la violencia familiar se debe aprender a: comprenderse, comunicarse con calidez y afecto, respetarse y dominar sus impulsos (ira, cólera).