Con picardía, varios de los presentes en una barbería de Volcán dijeron que "la culpa la tiene el agua"...
Me sonreí porque días atrás había escuchado en varios programas radiales de comentarios la misma frase.
El asunto se refiere el por qué los panameños somos un pueblo de "alelados" con eso de la política.
Y como un chiste se ha inventado que "algo" le echan al agua, para que nos dejemos embaucar por los politiqueros cada vez que vienen las elecciones.
También se ha dicho que somos un pueblo "masoquista", o sea que disfruta sufriendo... ¡la politiquería criolla!.
Sólo así se puede justificar que en las elecciones pasadas la mayoría de los hoy diputados que querían reelegirse, ¡lo consiguieron!
No se explican muchos cómo hay personas que le dan el voto a sujetos que no han tenido mejor desempeño en sus cargos.
Ahora que se ha "destapado" la política (cosa en realidad tenía meses de estar ocurriendo), usted verá a mucha gente "comiéndose todos los cuentos de velorios" que dicen políticos que buscan el voto.
Incluso da risa las poses dignas de obras de teatro (comedia) que esgrimen algunos, y las frasecitas que dicen para atraer a los "alelados" y conseguir sus votos.
Los ve besando chiquillos llorones y sucios. Arremangándose la fina camisa para hacer un minuto de "trabajo" popular... ¡ante las cámaras y agentes de Relaciones Públicas e Imagen!
No dudarán en quitarse sus elegantes zapatos y ponerse la cutarras del pueblo, o botar las corbatas de seda y dizque bailar pindín y congo, haciendo el ridículo por conseguir los votos de los "alelados" copartidarios.
Claro que no estoy en contra de la política conocida por los filósofos griegos como el "arte de gobernar". Pero lo que abunda en Panamá no es eso, sino la politiquería engañosa y burlona, que solamente busca trepar al sujeto en el gobierno.
Después no volverán por los "patios limosos", ni al viejo café de Santa Ana donde trabajea el famoso "Cholito Mesero". Sencillamente se olvidarán de los cuentos y promesas que dijeron sin ninguna vergüenza, pues sabían que nunca las cumplirían.
Allí tienen el ejemplo reciente del jefe del "Team" Martín, quien finalizando su gobierno no sabe qué hacer para disimular las promesas que no cumplió...
No importa si la explicación está en el agua, o que el panameño es super-ingenuo por no decir otra palabra. Lo cierto es que comenzó el circo politiquero... ¡y sálvase quién pueda!
