José Luis Garcés tuvo un debut que ilusionó a los panameños, el chico despertó un sentimiento de orgullo en todo el público que estuvo pendiente del partido.
A las cinco de la tarde comenzó a rodar la pelota en el Parque Estadio de Uruguay. Los que tienen cable no se perdieron ni un segundo las incidencias del partido, los que no, esperaron hasta las 10 de la noche para ver el choque por el Canal 4 de televisión abierta.
Una expresión de frustración hubo en el rostro de los que esperaban que Garcés fuera titular. Los que ya sabíamos que no, aguardamos paciente la entrada del "Pistolero" panameño.
Tuvimos que esperar largos 65 minutos para ver al morocho de Puerto Caimito. Cuando entró asomó su sonrisa en los labios. Intuía que iba a ser una noche pletórica, de esas en la que los cantos de sirena y los fuegos artificiales son una nota.
Al primer contacto con el esférico la mando al fondo. Garcés levantó los brazos sólo para ver cómo el juez de línea hacía lo propio para anular un gol que el panameño se merecía.
En las jugadas siguientes, el delantero que el miércoles usó la camiseta número 14 se mostró como lo que es. Un jugador rápido, pícaro, pillo, que no se achica ante nadie.
Pero al margen de si marcó o no, el "Pistolero" tuvo un debut prometedor, de esos que ilusiona al fanático, de los que siembran esperanza; en este caso, goles.
Estoy seguro que Garcés, si se mantiene sano y lejos de todo tipo de problemas va a ser figura en Uruguay y marcará muchos goles.
Nos alegra saber que por fin José Luis Garcés está por el camino correcto, tal vez algo tarde, porque este jugador debería estar triunfando desde hace buen rato en el fútbol internacional.
Y como nunca es tarde para encarrilarse, el futbolista de la tierra del bollo y el chicheme a sus 24 años tiene todo un camino por delante para descollar.
Esta primera parada en Uruguay debe ser sólo el principio de una gran carrera en el exterior para el "Pistogol", ese de la sonrisa alegre, el de los dos goles a Estados Unidos en el preolímpico de México, el goleador que no fue en la eliminatoria para Alemania 2006, el padre, el hijo, el esposo, ese que sólo tiene en la mente marcar goles y triunfar en el Nacional de Uruguay.