El saldo de 27 muertes durante la fiesta del carnaval es un reflejo que Panamá se ha convertido en una sociedad violenta. La mayoría de los decesos -quince de ellos- fueron por accidentes de tránsito.
Los homicidios -algunas veces originados por pequeñeces- y los suicidios, fueron otras de las causas de muerte durante la fiesta de la farsa. La falta de tolerancia y los problemas mentales de están haciendo explotar a los panameños y de esa forma la vida no tiene mayor valor para los involucrados en ese tipo de hechos.
Al mismo tiempo, es lamentable que por más campaña que hagan las autoridades y los medios de comunicación, los conductores no toman conciencia y se abusa de la velocidad, lo que se traduce en tragedia.
En varios de los casos, la combinación de licor con el timón fue la mezcla fatal, originando que un evento festivo como el carnaval se convirtiera en luto para algunas familias panameñas y extranjeras.
¿Qué hacer?. La respuesta no es sencilla. Ya se ha probado que muchos conductores hacen caso omiso a las recomendaciones de las autoridades del Tránsito. El país no tiene la capacidad ni el personal para poner a un policía que vigile cada kilómetro de carretera.
La solución la tiene la misma población. Debemos ser responsables a la hora del manejo. Las regatas, el conducir a velocidad excesiva, la imprudencia y manejar bajo los efectos del alcohol, deben eliminarse; de no ser así el número de víctimas por accidentes de tránsito aumentará en cada fiesta.Hay que tomar conciencia de una vez por todas, porque los accidentes están a la orden del día y en cualquier momento nuestra familia puede estar involucrada. ¡No esperes a que la tragedia toque tu puerta, para ser un conductor responsable!.