"�Ya no hay fiesta en paz!", se quejó una panameña con raíces interioranas.
Según ella, los maleantes se van desde la ciudad hasta los pueblos del interior con su maldad a dañar las fiestas y no dejan que los lugares disfruten los carnavales.
"No hay seguridad en los carnavales como la había antes. Ahora uno tiene que cuidarse de que no se forme un revolcón en medio del jolgorio".