Siete cadáveres fueron localizados en diversos puntos de la sureña localidad mexicana de Iguala, cada uno de ellos junto a un narcomensaje del crimen organizado, informó la Procuraduría General de Justicia de Guerrero.
La Policía pudo hallar los cuerpos por una llamada anónima dirigida al servicio de emergencias a primera hora de la mañana. Los cadáveres estaban dispersos por toda la zona.
Dos de los cuerpos se encontraban debajo de un puente, uno más bajo otro puente distinto, uno junto al basurero, otro cerca de un centro de educación, uno en la carretera y el último en los canales.
Los muertos, aún sin identificar, son de jóvenes de entre 20 y 25 años de edad y no tienen marca de haber sido agredidos con armas blancas o de fuego, por lo que se presume que la causa de la muerte fue la asfixia, ya que tenían la boca tapada por cinta adhesiva.
Junto a cada uno de los cadáveres se encontró una cartulina con un mensaje, aunque el contenido no ha trascendido.
Éste es el modo habitual de operar de los carteles de la droga para acabar con sicarios o colaboradores rivales, junto a los que se suele dejar un narcomensaje, como se les llama.
En este caso, los asesinados no presentaban, no obstante, el característico tiro de gracia.
El estado de Guerrero, situado en el sur del país, es uno de los más conflictivos de México por la actividad del crimen organizado.
A la siembra de cultivos con los que fabricar estupefacientes hay que añadirle una intensa actividad criminal por grupos antagónicos del contrabando de drogas.
En los últimos meses de 2009, el estado registró una serie de asesinatos firmados por "El Jefe de Jefes", apodo que ahora se sabe pretendía atribuirse, por ser el seudónimo que se le da al narcotraficante más poderoso, el capo Arturo Beltrán Leyva, abatido después por la Armada.
RECUENTO: 700 MUERTOS
Asesinatos se han registrado en México en lo que va de enero.
En los últimos tres años, la cifra asciende a más de 15,000.