Treinta y un soldados estadounidenses murieron al caer el helicóptero en que viajaban en el desierto del oeste iraquí, informaron los militares.
El siniestro de la nave, perteneciente a la infantería de marina, es el suceso individual más mortífero para las fuerzas estadounidenses en lo que va de la guerra.
Entretanto, los insurgentes atacaron a las fuerzas estadounidenses, varias escuelas que iban a ser utilizadas como centros de votación y las oficinas de varios partidos políticos, en una cruenta campaña para minar las elecciones.
El presidente estadounidense, George W. Bush, dijo estar entristecido ante la información de que se estrelló un helicóptero militar en Irak, destacando que aún no se conocen las causas.