Más de 100.000 personas se encuentran reunidas en la ciudad brasileña de Porto Alegre para el comienzo de la quinta edición del Foro Social Mundial.
El encuentro busca ser una alternativa al Foro Económico Mundial que reúne cada año a líderes políticos y empresariales de todo el mundo y en Davos, Suiza, y que también se inicia hoy.
Nuevamente, los participantes del Foro Mundial Social ondearán las banderas contra la globalización y la guerra y discutirán la forma de lograr un orden mundial más justo.
Sin embargo, con el paso del tiempo crece la preocupación dentro del propio movimiento sobre la necesidad de llevar a la practica las ideas que se discuten en el encuentro.
CRITICAS
Algunos observadores señalan que el foro necesita redefinir su mensaje y concentrarse en algunos temas clave.
Uno de los fundadores del Foro, Francisco Whitaker, reconoció las necesidades de lograr propuestas más concretas, agregando que a nivel local sí se estaban consiguiendo resultados.
En declaraciones a la agencia EFE, Whitaker subrayó que el encuentro no podía simplemente terminar con una receta igual para todo el mundo.
"El Foro nació como un espacio para debates, como un laboratorio de creación de ideas y así debe mantenerse. ", señaló Whitaker.
LULA A DOS PUNTAS
Entre los críticos al Foro Social se incluye el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, quien recientemente señaló que el encuentro carece de foco.
Curiosamente, este foro tuvo lugar por primera vez en Porto Alegre, cuando el Partido de los Trabajadores (PT) de Lula controlaba la alcaldía de la ciudad.
Lula visitará el Foro Social y luego viajará a Davos para asistir al Foro Económico Mundial, convirtiéndose en el único líder mundial en asistir a ambos encuentros.