A todos nos enseñaron en el colegio que somos como los árboles. Nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos. Sobre este último punto, deseo preguntarte algo: ¿Estás preparado para la muerte?
Todo el mundo sabe que se va a morir, pero nadie se lo cree. Si nos lo creyéramos, haríamos las cosas de otra manera.
Pero, ¿Cómo podemos estar preparados para morir?. Pienso que nadie lo está, pero la verdad es que cuando aprendemos a morir, aprendemos a vivir.
Nos engañamos acerca de la muerte, ya que si verdaderamente sabemos que nos vamos a morir y estamos preparados para que suceda en cualquier momento, podemos llegar a estar verdaderamente comprometidos en nuestra vida mientras vivimos.
Cuando estamos sanos no pensamos en la muerte, porque vamos por la vida como sonámbulos, medio dormidos haciendo las cosas automáticamente. Haciendo lo que creemos que debemos hacer. El hecho de despertar a la muerte, lo cambia todo, nos quitamos de arriba esas boberías y nos centramos en lo esencial. Aprendamos a morir y aprenderemos a vivir.
"¡No hay forma de prepararse para la pérdida de un ser querido!" - cuantas veces habrá escuchado esto. En realidad, la mayoría no cree que haya una forma de prepararse para cualquiera de las pérdidas importantes de la vida. Sin embargo, a pesar de que muchos de nosotros creamos que no hay forma de prepararse para la pérdida, ¡no es cierto!
Cualquiera de nosotros, sino hemos experimentado una pérdida importante, necesitamos saber que no estamos desamparados ante la posibilidad de un acontecimiento inevitable en nuestras vidas. Podemos prepararnos para las pérdidas incluyendo la muerte de un cónyuge, hijo, padre, hermano, amigo, divorcio, hijos que se van de la casa, cirugía mayor, pérdida del trabajo o cualquier otro cambio importante.