Los poblados de Paya y Púcuru, en Darién, no sólo se han quedado sin sáhilas después que fueron asesinados; es muy posible que también se queden sin maestros, porque los que tienen no quieren volver.
De acuerdo a Luis López, dirigente magisterial, los docentes que imparten clases en Paya y Púcuru tienen miedo de volver a sus puestos de trabajo una vez inicie el año lectivo.
Si el Gobierno no garantiza su seguridad, no volverán, dijo.
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