Castro espera que Bush "no sea tan bruto como parece"
La Habana
AP
El nuevo mandatario de Estados Unidos, George W. Bush, 'ojalá no sea tan bruto' ni 'tan mafioso', afirmó el presidente Fidel Castro, al abrir fuegos contra sus sempiternos enemigos, los inquilinos de la Casa Blanca. Castro, en un discurso pronunciado el domingo pero difundido anoche por la televisora oficial, agregó que el 20 de enero "alguien muy extraño y muy poco prometedor se ha hecho cargo de la jefatura del gran imperio que tenemos por vecino". Ese vecino "no por desgracia, yo diría que por suerte, porque al fin y cabo, boxeando contra ese gigante, hemos fortalecido nuestros músculos, nuestra experiencia y no han podido con nosotros", añadió el dirigente entre sonrisas. "Ha llegado este caballero ahí (a la presidencia estadounidense), que ojalá no sea tan bruto como parece, ni sea tan mafioso como luce por sus antecedentes, pero esta ahí, y nosotros tranquilos aquí", aseguró. "No le queda a ese imperio tanto tiempo porque ya no puede gobernar ni a su propia gente, se han robado una elección, le entraron a palo ayer a todo el mundo", dijo Castro refiriéndose tanto a la polémica electoral desatada entre Bush y quien fuera su contrincante, Al Gore, así como a las protestas surgidas en la toma de posesión del nuevo mandatario estadounidense, el sábado pasado. Dijo además que Cuba no temía a ningún gobierno y que en Estados Unidos "no pueden inventar nada contra nosotros. Están fritos, ya rehuyen el debate...están acobardados, no resisten, no tienen argumentos". Castro, quien ya durante la campaña presidencial estadounidense tildó de 'aburridos e insípidos' tanto a Bush como a Gore, ratificó su confianza en la fortaleza de la revolución cubana y en que se seguirá protestando contra leyes emanadas por Washington para aplicar a la isla, como el embargo. Bush, el primer presidente en más de un siglo que llega a la Casa Blanca sin la mayoría del voto popular, cuenta con una plataforma política de su Partido Republicano, que incluye referencias a Cuba como mantener el embargo, implantado en 1962, hasta tanto se produzcan en este país elecciones con distintos partidos y se libere a presos políticos, entre otras medidas. Desde el triunfo de la revolución cubana en 1959, durante los años de la Guerra Fría y tras la caída del campo socialista a comienzos de los 90, varios presidentes estadounidenses han demandando de una u otra forma un cambio en la dirigencia y el sistema comunista cubano. Castro le ha advertido a Bush que evite "el riesgo de convertirse en el décimo presidente (norteamericano) que pasa de largo contemplando con amargura...una revolución en Cuba que no se doblega".
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Castro le ha advertido a Bush que evite "el riesgo de convertirse en el décimo presidente (norteamericano) que pasa de largo contemplando con amargura...una revolución en Cuba que no se doblega".
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