El slogan de campaña de "más seguridad" se le devuelve como un boomerang al gobierno de Martín Torrijos una y otra vez, como un golpe a la cabeza.
Los dos más recientes casos que testifican la actual situación de inseguridad han sido el secuetro express de Erasmo Pinilla Jr. hijo del Magistrado Electoral Erasmo Pinilla, y el lamentable homicidio de Boris Quiróz, un escolta y chofer del Alcalde Capitalino Juan Carlos Navarro.
El mensaje ya no puede ser más claro. El país va encaminado en una trayectoria de violencia y crimen que necesita de reformas profundas y reales en el sistema de justicia, en el desempeño de los estamentos de seguridad y en el control migratorio.
Ahora, la delincuencia y el hampa están tocando a los altos funcionarios del gobierno. Y por ende, la policía ha reaccionado rápidamente, realizado operativos por toda la ciudad cuando Pinilla estuvo desaparecido, y ayer luego del asesinato del escolta.
Mucho de lo que estamos sufriendo, y ahora están comenzando a sufrir nuestros gobernantes, hubiese sido minimizado si los compromisos adquiridos en el Pacto de Estado por la Justicia hubiesen sido cumplidos.
A tres años de que el gobierno firmase tal pacto, ha sido muy poco el avance que se ha logrado, y mucho menos la voluntad política para implementarlo.