Los miembros de la Fuerza Pública tienen como obligación brindar seguridad a la población. La gran mayoría de las unidades cumplen adecuadamente sus funciones, sin embargo, hay algunos que incurren en abusos.
Lo sucedido ayer con el campeón del mundo Roberto "La Araña" Vásquez, es un típico ejemplo. El boxeador ha venido siendo blanco de hostigamiento por parte de unidades de la Policía Nacional. Su pecado: tener un auto modificado y con vidrios oscuros.
Los que se agitan en el mundo deportivo saben perfectamente que Vásquez es un joven respetuoso, pero cualquiera se sale sus casillas, si constantemente los agentes del orden público, lo detienen como "procedimiento de rutina".
El boxeador fue esposado y llevado a un cuartel de Policía y luego a una corregiduría, como cualquier delincuente, sin tomar en cuenta que es una figura que ha dado gloria al país.
Lo sucedido con Vásquez forma parte de una cadena de hechos en los que aparecen policías abusando de su poder. Hace poco fue la golpiza a un grupo de presos, aparecen otros involucrados en secuestros y en asesinatos.
Se hace necesario que los altos cargos de la Policía hagan una revisión de su pie de fuerza, para limpiar a la institución de esas manzanas podridas, que dañan la imagen. No se pueden estar apadrinando abusos.