La clásica costumbre de acompañar un trozo de buen queso con una botella de vino podría quedar en el pasado, si se imponen las conclusiones de un estudio realizado por científicos estadounidenses.
Un equipo de 11 expertos catadores descubrió que el consumo de queso antes de beber vino disminuye nuestra capacidad para percibir su sabor.
La investigación, publicada en la Revista Estadounidense de Enología y Viticultura, propone que las proteínas del queso limitan la posibilidad de degustar otros sabores.
Hildegard Heymann, de la Universidad de California, le pidió a un panel de especialistas que compararan las diferencias entre vinos de distinta calidad, precio y origen, sin combinarlos con el consumo de queso.
Luego, tuvieron que repetir la experiencia, pero bebiendo el vino después de haber probado ocho tipos de quesos, como el mozzarella o emmental.