El peor dolor de una madre es la muerte de un hijo, pero María Victoria Gálvez tuvo que sufrir un tormento mayor: esperar 36 años para darle cristiana sepultura a su vástago Ever Quintanar.
La anciana de 94 años, recibió ayer los restos de su hijo un dirigente de la Juventud Católica de San Miguelito, quien el 12 de agosto de 1969, cuando apenas tenía 17 años, fue detenido en Cerro Azul junto a miembros del grupo Vanguardia Nacional, y nunca más se supo de él.
Sus restos fueron descubiertos el 14 de enero de 2002, en los terrenos del antiguo cuartel de Los Pumas.
El esqueleto deteriorado de Ever permanecía en una cajeta que bajo el número 732 se guardaba en la morgue judicial.
"Gracias a Dios antes de morirme voy a darle cristiana sepultura a mi hijo", dijo María Victoria, cuando la fiscal Maribel Cornejo le entregó la caja con los restos de Ever.
Alberto Almanza, presidente de la Comisión de la Verdad, dijo que la entrega cierra un ciclo de lucha y sufrimiento de la familia Quintanar.
Tras la entrega, doña María escoltada por otras dos señoras que la ayudaban a caminar salió de la morgue; atrás Elmer Quintanar -otro hijo- llevaba la cajeta con los restos de su hermano.