El presidente estadounidense, George W. Bush, aseguró al iniciar su segundo mandato que su objetivo "supremo" es "acabar con la tiranía" en el mundo, mediante la promoción de la democracia "en cada nación y cultura".
"Es la política de Estados Unidos buscar y respaldar el crecimiento de movimientos e instituciones democráticas en cada nación y cultura, con el objetivo supremo de poner fin a la tiranía en nuestro mundo", declaró Bush.
El presidente estadounidense utilizó la misma palabra "tiranía" que había pronunciado su futura secretaria de Estado, Condoleezza Rice, al hablar de seis países: Cuba, Bielorrusia, Irán, Birmania, Corea del Norte y Zimbabwe.
A diez días de las elecciones iraquíes, Bush declaró a sus conciudadanos que "la supervivencia de la libertad en nuestro país depende cada vez más del éxito de la democracia en otros países", justificando la presencia de las tropas de EE.UU. en el país árabe.
"Mientras regiones enteras del mundo estén inmersas en el resentimiento y la tiranía, sometidas a ideologías que alimentan el odio y perdonan el asesinato, la violencia aumentará, se convertirá en potencia destructora y cruzará las fronteras mejor defendidas", advirtió.
El mandatario agregó que su deber "es proteger a esta nación y su pueblo contra futuros ataques y amenazas emergentes" y "la mejor esperanza de paz en nuestro país es la expansión de la libertad por todo el mundo", agregó.
El presidente prometió asimismo a "todos los que viven bajo la tiranía" que "Estados Unidos no va a ignorar su opresión o excusar a sus opresores. Estaremos con ustedes", agregó.
