El libro más antiguo, extenso y con más traducciones en el mundo, es para muchos el menos leído. Mientras que otros solamente la tienen de adorno en su casa como tradición para que sus Palabras y contendido los guarde, pero sin ser analizadas.
Crítica conversó con el padre Marlon Verar, sacerdote de la Iglesia Universal, la católica, quien coincidió en que hay gente que tiene la Palabra de Dios engavetada, mientras que otros no la atienden. Pero destacó que no se trata de lo mucho que se lea o que se lea, sino que se viva o se lleve a la vida lo que dicen las escrituras.
Verar no cree que las sagradas escrituras estén dejando de leerse sino todo lo contrario, pues mayor número de feligreses, crece también el interés por la lectura de este libro.
COMISION PARA LEERLA
La lectura de la Biblia, según el padre Marlon es el orar, respetar, contemplar la Palabra de Dios y para aumentar los lectores, la Iglesia Católica mediante la Comisión Bíblica organiza actividades y promueve la lectura del santo libro.
Por otro lado, María Eugenia de Despaigne, laica e integrante de la Comisión Bíblica, el interés de las personas por leerla se da poco a poco y reconoció que no son muchos los que leen. "Nuestro pueblo debe instruirse en la lectura general, quisiéramos, pero poco es lo que se lee", dijo.
Añadió que los feligreses, en gran mayoría, desconocen cómo leer la Palabra, pues la abren al azar para conocer que les dirá ese día.
IGLESIA EVANGELICA
Crítica consultó al pastor de la iglesia Hossana, Stuart Guy, quien señaló que el interés por el texto de los 72 libros y los dos testamentos varía, pero aseguró que es más leída por los evangélicos que por los católicos y ello obedece como su nombre los identifican a que se dedican al evangelio y "le ponemos más énfasis a leer la Biblia que a las tradiciones de hombres". "Por ser evangélicos le prestamos más atención al Evangelio".
Argumentó que para que la gente se interese por leer el libro más antiguo hay que convencerlos, luego mostrarles hechos y resultados, motivando su fe.
En cuanto a mantener la Biblia abierta en la casa, sostuvo que es una costumbre de los católicos, aunque algunos evangélicos la practican. "No veo nada de malo en tenerla abierta, lo malo es que no la lean", explicó.
El pastor Guy explicó que la responsabilidad que se desarrolle el interés por la lectura de la Buena Nueva depende del pastor de la iglesia y del padre de familia. De la misma forma en que un padre le permite a su hijo a habituarse a ver televisión todos los días, también se crea el amor por la lectura, concluyó.