Un hombre decide llevar a su chica a un buen restaurante. El mesero le saluda y pregunta: �Mesa para dos?, sí por favor, dice. Señor, aquí tiene la carta. No, no...ya sé qué pedir: Tráigame para empezar dos sopitas, ceviches y deditos de pollo y como plato fuerte, langostinos al ajillo para los dos, acompañados con papas cocidas y ensalada verde. �Ah!, no se olvide de traernos las copas de vino tinto.
El servicio que recibía era de calidad. Su compañera se sintió muy halagada con la deferencia de su prometido. La cuenta por favor, pidió el cliente. Son 90 dólares sin propina. �Qué! �Cómo es posible? �Esos langostinos los fueron a pescar a Japón o qué?, gritó muy molesto el galán. Tráigame la cuenta para verificar. Aquí tiene.
Quizás la luz no se coma, pero lo cierto es que al menos podemos saber la cuenta antes de que nos la entregue el mesero o, en este caso, la empresa de distribución.
�Cómo hacerlo? Digamos que esta mañana usted salió de su casa directo a su trabajo, pero antes tomó la lectura del medidor. Es el primer día de cualquier mes. Su lectura fue de 10500. A la semana, usted repite lo mismo hasta que completa el mes y toma la última lectura que le marcó 10750. Si a esta última lectura usted le resta los 10500, sabrá que su consumo en Kilo Watts por hora (kWh) fue de 250 kWh. Es aquí donde usted sabrá aproximadamente cuánto pagará si lo multiplica por la tarifa básica de la empresa que le ofrece el servicio, pero la idea es verificar a los 15 días por dónde va su consumo.
Si usted es un cliente que cuenta con un historial de consumo parecido, no debe haber problemas, pero si considera que a los 15 días su consumo se ha disparado más de lo acostumbrado, debe hacer un recorderis si en ese lapso alguien encendió el aire acondicionado o cuántas veces se planchó en casa. Pregunte también a los miembros de su familia.
Recordemos que el servicio de energía eléctrica que recibimos lo pagamos después de haberlo consumido, es decir, es como una especie de crédito: consuma ahora y pague después, algo así como comprar fiado. Si conectamos los aparatos sin tomar conciencia de los gastos o su consumo, es probable que nos coma el tigre como el ejemplo del restaurante. El sujeto, por no pedir la carta y verificar los precios, tuvo que pagar un cuentón y no quedar mal delante de su novia. �Usted decide su consumo!
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