El ego de algunas personas -en ocasiones- va más allá de su raciocinio, de su sentido común, de su inteligencia, de su educación, y hasta de su propio instinto de conservación.
Para ellos, ganar una discusión no tiene absolutamente nada que ver con los argumentos, o con la razón. Lo importante es hablar y hablar hasta tener la última palabra. Ganar por cansancio del oponente, como dirían algunos. Y cuando las cosas se ponen aún más difíciles, pueden llegar a recurrir a la violencia.
Se trata de personas que le meten a la lengua una batería de esas que dura bastante y no paran de hablar. Lo peor es cuando están enfadadas. Gritan un poco de palabras sucias y más vainas raras.
Con una persona así, la mejor arma es el silencio, por eso un consejero familiar le dijo a una señora que cada vez que su marido se enfureciera con ella que se fuera corriendo a la nevera y tomara un buchecito de agua.
Ella no lo podía tragarlo, sólo mantenerlo en su boca por varios minutos.
La mujer agradecida fue un par de semanas después donde el mismo consejero para decir que ya no la maltrataban a raíz del buchecito y poco después le explicó no era el agua, sino que, como no podía hablar, ya no había discusión, pues el hombre gritaba y nadie le decía nada. Así se cansó de maldecir porque nadie incrementaba los ánimos.
Si usted en casa le pasa lo mismo, aplique esta técnica que es muy buena. Si no la quiere hacer, entonces guarde silencio.
La mejor fórmula para responder a una ofensa es no abrir la boca. Si lo hace, no aporta en nada a calmar a la persona y podrá ser peor.
Si usted quiere salir ganando en una pelea verbal, entonces demuestre respeto por las opiniones ajenas. Jamás diga a una persona que está equivocada
Si usted está equivocado, admítalo rápida y enfáticamente.
Empiece en forma amigable.
Consiga que la otra persona diga "Sí, sí", inmediatamente.
Permita que la otra persona sea quien hable más.
Permita que la otra persona sienta que la idea es de ella.
Trate honradamente de ver las cosas desde el punto de vista de la otra persona.
Muestre simpatía por las ideas y deseos de la otra persona.
Apele a los motivos más nobles.
Dramatice sus ideas.
Lance, con tacto, un reto amable.