La cocina mexicana, es una fuente inagotable de placer para el paladar. Refleja el carácter del mexicano. Sensual, creativo, entusiasta, amigable y vital. Las recetas son sencillas y se preparan fácilmente en las casas.
El origen de este estilo culinario se encuentra en las antiguas civilizaciones de los mayas y aztecas, y en la gran variedad de alimentos que aquellos tenían a su alcance, como tomates, aguacates, habichuelas, papas, calabazas, pavo, pato y el chocolate, sin olvidar el maíz, la base de su alimentación. Además, abundaba el pescado sobre todo en las zonas costeras. Desde 1519, los conquistadores españoles introdujeron los productos más preciados del Viejo Mundo: ganado para la producción de leche, queso y carne, pollos, cerdos, arroz, trigo, canela, clavo, pimienta negra, naranjas, melocotones y albaricoques. Los mexicanos adoptaron pronto estas innovaciones.
En mitad del siglo XIX, la cocina mexicana es objeto de la influencia francesa y así lo demuestran los deliciosos panes, pasteles y pudines, aún populares hoy en día.
Y como podemos ver la cocina mexicana ha viajado alrededor del mundo se puede decir que participa como número uno en las fiestas, reuniones, juegos y diversiones, utilizando los frijoles molidos, las salsa pico de gallo, las tortillas de harina, los taco, etc., combinadas con queso aguacate, carnes, pollo, marisco, entre otros.