Hoy inicia verdadero juicio contra
Bill Clinton

Estos son los documentos que serán
utilizados en el juicio contra Bill Clinton. Foto AP

Washington
AFP
Los fiscales perfeccionaron
sus argumentos iniciales para el proceso de destitución de Bill Clinton,
un día antes de comenzar el juicio en el Senado, previsto para hoy
jueves a la 13H00 hora locales (18H00 GMT).
Los 13 "fiscales" del segundo caso de destitución de
un presidente en la historia de Estados Unidos comenzarán el jueves
a presionar a favor de la destitución de Clinton de la Casa Blanca
por los delitos de perjurio y obstrucción a la justicia de los que
se le acusan a raíz del caso Lewinsky.
Durante varios e intensos días, los fiscales, designados por
la Cámara de representantes, intentarán convencer a los senadores
que actuarán como miembros del jurado, en lo que será el primer
juicio a un presidente en 131 años, de destituir a Clinton por sus
intentos de encubrir un romance extra conyugal con la ex becaria de la Casa
Blanca.
El presidente del Tribunal Supremo, William Rehnquist, será quien
presidirá las sesiones de este proceso de destitución que
se efectúa un año después de que estallara el escándalo
en todos los medios de comunicación.
Los fiscales afinaron sus presentaciones el martes pasado, en forma
individual o grupos, y presentarán sus cargos contra el presidente
de forma separada.
El mandatario rechazó estos cargos en varias oportunidades.
El duro informe de apertura, publicado el pasado lunes, alega que Clinton
"actúa de forma contraria a la confianza que ostenta como presidente
y subversivo hacia lo que dicta la ley y un gobierno constitucional".
Sin embargo, son pocos los que creen que los argumentos de los "fiscales",
entre quienes hay varios que ya no ejercen como tales, convenzan a una mayoría
de dos tercios del Senado necesaria para lograr que, por primera vez en
la historia, un presidente sea destituido de su cargo.
Esto se explica ya que el número mágico -67 si todos los
senadores votan- requeriría del voto a favor de 12 demócratas
que contravinieran la disciplina del partido para unirse a los 55 republicanos
miembros del cuerpo del Senado, integrado por 100 senadores.
En 1868, Andrew Johnson, quien fuera el primer presidente estadounidense
que sufrió un proceso de destitución, sobrevivió a
su cargo por sólo un voto tras una amarga batalla legal.
Dos amplias mesas curvas fueron trabajosamente colocadas al frente del
recinto del Senado para uso de los fiscales de la Cámara de Representantes
y de los abogados de la Casa Blanca, que dispondrán de igual cantidad
de tiempo para acusar o defender al presidente.
Los fiscales planeaban presentar pruebas en el Senado el miércoles,
después de que la Casa Blanca presentara un informe de 130 páginas
en el que rechaza "un insensato e injustificado abuso del fuerte recurso
de destitución".
Los fiscales prevén presentar un informe de refutación
a las 10H00 (15H00 GMT) del jueves antes de comenzar con sus argumentos
iniciales, que presuntamente se extenderán hasta el próximo
sábado.
La defensa de la Casa Blanca comenzará el próximo martes
19 de enero -el lunes es un día festivo en Estados Unidos- y prevé
continuar hasta el jueves 21 de enero, tras lo que el Senado dispondrá
de hasta dos días para interrogar a ambas partes.
El Senado considerará cualquier moción para terminar el
juicio el 25 de enero, y si esta moción fracasa consideraría
entonces mociones para llamar a testigos.
El procedimiento del juicio requerirá que el Senado vote en dos
oportunidades: en primer lugar, se vota la lista de posibles testigos para
comparecer ante el tribunal.
En segundo lugar, los senadores votarán si llamarán a
los testigos a comparecer ante el Senado en pleno.
Hasta ahora el de los testigos ha sido el problema más espinoso:
las líneas generales del procedimiento del juicio adoptadas en un
publicitado acuerdo bipartidario, dejaron sin resolver el problema de sí
el Senado podrá escuchar a algunos protagonistas clave del escándalo.
Los fiscales indicaron que quieren llamar a Lewinsky entre otros, dejándoles
a ellos la difícil tarea de formular argumentos de apertura convincentes,
que sin embargo podrían dejar a la mayoría de los Senadores
con ganas de escuchar más.
La Casa Blanca por su parte, espera evitar los testimonios de testigos
aunque aseguró que contraatacará con sus propios testigos
si el Senado escucha a los que presentarán los fiscales.


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