El embajador estadounidense en el Vaticano, Jim Nicholson, dijo que altos funcionarios de la Santa Sede desean que Estados Unidos se quede en Irak y pacifique al país pese a la oposición inicial del Papa Juan Pablo II a la decisión del presidente George W. Bush de ir a la guerra.
El Papa y otros funcionarios del Vaticano se habían opuesto a lo que EE.UU. calificó de "guerra preventiva", instando a que se le permita a los inspectores de armas de Naciones Unidas a que continúen con su tarea.