En las calles de nuestro país hay un número indeterminado de personas manejando sin licencia de conducir. También hay hay muchos conductores tras el volante de autos con placas que tienen uno, dos, tres y hasta cuatro años vencidas.
No es que cuestionemos su capacidad y responsabilidad como conductores. Hay personas manejando con placas vencidas que verdaderamente conducen a la defensiva, y que raramente cometen una infracción, (claro, precisamente por estar conscientes de que llevarían todas las de perder ante las autoridades del tránsito).
Pero también algo es cierto. Estas personas, cuando llega el momento de que sufren un choque o cualquier accidente, huyen de la escena. Incluso si no tienen la culpa.
Y es que cuando se maneja con la placa y/o licencia vencida, uno siempre está en tensión: "¿Me encontraré con un retén más adelante?, ¿es ese un auto de policía pasando detrás de mí?, ¿hasta cuando podré seguir conduciendo sin que me pillen?".
Peor aún que la licencia vencida es la placa vencida, ya que estamos expuestos a que alguna autoridad nos vea. En estas circunstancias, es riesgoso hacer viajes largos a través del país, o conducir de noche, porque podríamos encontrarnos con un operativo del tránsito. Y ahí tenemos dos opciones: una boleta bastante costosa, o un soborno mucho más barato, pero que tendremos que repetir una, y otra, y otra vez.
Tomando en cuenta que la Autoridad del Tránsito aumentó el costo de las boletas por infracciones, no nos conviene seguir extendiendo esta situación.
Si realizamos nuestros trámites para rodar legalmente, nos sentiremos más seguros y tranquilos cuando veamos a un patrulla.