El Gobierno chileno mantendrá un trabajo de "integración" con los pueblos indígenas del país, pero también advirtió que no dejará espacio para "ningún hecho de violencia", afirmó ayer el ministro Felipe Harboe.
En declaraciones a Radio Cooperativa, Harboe atribuyó el llamado "conflicto mapuche" a una "minoría" de la etnia "más ideologizada" y, a su juicio, alejada de lo que piensa el resto del país.
La muerte de un joven mapuche la semana pasada en la región de La Araucanía, reavivó el conflicto indígena y desató una serie de protestas de diversas organizaciones que apoyan a los comuneros.
"Vamos a seguir trabajando sobre la base de la integración, de la inclusión", dijo Harboe, aunque advirtió que "con la misma decisión que nos ha pedido la presidenta (Michelle Bachelet) en esta materia no vamos a aceptar ningún hecho de violencia", recalcó.
Los mapuches son el pueblo indígenas más importante de Chile y representan el 6, 6 por ciento de la población del país.