Al menos 28 insurgentes han muerto en los últimos combates que ha librado el Ejército de Pakistán en el norte del país contra los integristas islámicos, que reivindicaron la muerte de siete soldados.
Los combates se produjeron en el norteño valle de Swat, donde el Ejército ha lanzado una operación en los últimos días en la que han muerto más de 100 personas.
El combate más grave se produjo en el distrito de Shangla, donde las fuerzas de seguridad acabaron con la vida de 16 insurgentes e hirieron a otros doce.
Además, las fuerzas de seguridad usaron en el valle morteros para disparar en los escondites de los insurgentes a lo largo del río Swat, y causaron la muerte a 12 integristas y heridas a otros 15.
Según informes miles de personas han huido de sus casas en los distritos más afectados, después de que el Ejército lanzara un anuncio para que abandonaran el área en vísperas de una ofensiva inminente.