Por semanas hubo una escasez de leche en las neveras de los supermercados y tiendas, pero ya empieza a normalizarse el suministro, pero con un aumento en su precio, lo que constituye un golpe a la economía popular.
El litro de leche Grado "A" se vende ahora en 90 centésimos y el medio galón que antes se conseguía en 1.70 dólares se adquiere en algunos supermercados en 2.00 dólares y hasta en 2.50 dólares.
Es inconcebible que en Panamá una botella de cerveza se pueda adquirir a un precio más barato que la leche.
Conforme esto pasa, se pone al descubierto la inoperancia de la Autoridad de Protección al. Consumidor y Defensa de la Competencia, cuyo sólo argumento es la verborrea de oponerse al control de precios, pero nada hace por los sufridos compradores panameños, aparte de los consabidos monitoreos de precios.
De un día para otro se disparan los precios y no se tiene la cortesía al menos con el consumidor de hacer un anuncio, sino que éste se da por enterado cuando le meten el zarpazo a su bolsillo al momento de llegar a las cajas registradoras de los establecimientos comerciales.
Ayer fue el arroz, hoy es la leche, mañana será el café, pasado el aceite y más adelante el pan. Todo aumenta y no se hace mayor esfuerzo en defensa de los consumidores, que al final son los que pagan los jugosos salarios de funcionarios que permanecen en las oficinas refrigeradas o argumentando en su propia defensa en los programas televisivos.
Desde hace rato se viene jugando con la paciencia de los consumidores, pero en cualquier momento el pueblo reaccionará ante tanto abuso en su contra y reclamará cuentas a los responsables. �Sigan jugando con candela!.