La Policía francesa desmanteló un campamento de inmigrantes indocumentados en los alrededores del puerto de Calais (noroeste), desde donde intentaban cruzar clandestinamente al Reino Unido.
Los antidisturbios llegaron al campamento, donde les estaban alrededor de un centenar de inmigrantes indocumentados, advertidos después de que la semana pasada el ministro de Inmigración, Eric Besson, anunciara que el desmantelamiento se iba a producir en unos días.
Los inmigrantes que se encontraban en "la jungla", que es como se conocía el lugar por tratarse de una zona boscosa, esperaron la acción de los policías en torno a una fogata apostados tras unas pancartas en las que reclamaban un lugar donde alojarse y también asilo.
Los indocumentados fueron arrestados sin oponer resistencia y serán trasladados a centros de retención para examinar la situación de cada uno de ellos.
La mayor parte de las personas que vivían en "la jungla" (entre 700 y 800, en gran parte afganos) habían desalojado el lugar en las últimas semanas, tras el anuncio de Besson, por el temor a ser detenidas y expulsadas.
Grupos de vecinos de los barrios próximos se habían quejado en los últimos meses de las molestias que generaba el campamento y habían denunciado problemas de seguridad.
Varias ONG habían denunciado el levantamiento de "la jungla" por considerar que el problema no se solucionaría y que la situación de los sin papeles sería más precaria.