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El presidente Porras y los Rotarios panameños

George Thomas

Eurante la ceremonia de posesión de la Directiva del Club Rotario, presidida por el Ing. David Lowinger, ocurrió un suceso de trascendente significación histórica, cívica y cultural. El Ing. Lowinger había escudriñado en los archivos del Club y descubierto el discurso que el entonces Presidente de la República Dr. Belisario Porras pronunció ante ese organismo cívico el 23 de febrero de 1923. Los rotarios panameños conmemoraban con una reunión especial el 75 aniversario de la fundación de Rotary International y el XVIII de su propia fundación.

Como invitado de honor, el ilustre hombre público ofreció a sus invitantes una hermosa pieza oratoria. En ella explicó las dudas que durante mucho tiempo lo asediaron acerca del verdadero valor del rotarismo. En aquella época eran muchos los infundios, bochinches y hasta calumnias que se achacaban a los Rotarios. Al Dr. Porras se le decía que se trataba de vividores y parranderos, epicúreos y gourmets que se reunían para disfrutar de las francachelas que les permitían sus riquezas.

Fue necesario que el distinguido dirigente público examinara por sí mismo lo que eran las reuniones y las actividades que realizaban para comprender que los caballeros que integraban la entidad hacían efectivo su lema, en el sentido de "vale más quien más sirve". Luego de conocer y evaluar personalmente las numerosas aportaciones del Rotarismo para el progreso y el desarrollo de la comunidad y para impulsar programas y obras que contribuían a la educación, la cultura y el bienestar social, manifestó orgullosamente su convencimiento de que el Club Rotario es "una escuela de civismo y con vuestro ejemplo enseñais a tener ideales y fe y a ser buenos ciudadanos".

Especialmente notable me parece que aquél brillante discurso pronunciado por uno de los panameños de más alta y perdurable dimensión cívica y política, sirviera de marco a la toma de posesión de la nueva directiva rotariana, presidida por un ciudadano que tan fervorosamente cree y cultiva los principios, los ideales y los objetivos de esa prestigiosa entidad. No es coincidencia simple la circunstancia de que el problema enunciado por el Presidente Lowinger se fundamente precisamente en los rumbos que tan acertadamente exaltó el Presidente Porras hace setenta y cinco años.

Ciertamente, ya nadie duda del ejemplar civismo que caracteriza la labor de los rotarios. Por ello mismo, a la entidad corresponde, como señaló el Ing. Lowinger, acrecentar sus capacidades, enriquecer sus recursos y fortalecer los medios que le permitan ampliar e intensificar sus aportaciones al progreso de la nación, al bienestar de la comunidad y al fortalecimiento de los valores sociales y morales, cívicos y familiares, para elevar y enaltecer la personalidad integral de nuestro pueblo.

(El autor es periodista y relacionista público)

 

 

 

 

 

 

 


 

AYER GRAFICO
Clímaco Batista y otros violinistas en el Festival a los mejores compositores de todos los tiempos.


CREO SER UN BUEN CIUDADANO
Sin embargo, he perdido el hábito de la lectura.


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