Hace días leí un escrito que decía: Estoy podrido en plata. Tengo millones de dólares y muchas empresas. Donde voy, me abren las puertas, me toman fotos y me entrevistan para las páginas de economía de los principales periódicos. Me he sentido casi un Dios. Una vez gasté 250 mil dólares en una noche. Era el más querido todos en los cubles nocturnos, hasta que tuve lo oportunidad de experimentar el hambre. Perdí todo y nadie se acordaba de mí. Los amigos de arranque se habían ido. Estas fueron las últimas líneas que dejó escritas en su computador un empresario norteamericano antes de meterse un tiro en la boca.
El hombre lo tenía todo, pero no era feliz. Podía pagarse y satisfacerse todos sus gustos, pero el vacío de su corazón nunca pudo llenarlo con sus riquezas materiales.
Así, como la historia de este hombre, hay muchas en este querido país. Hay personas de todos los estratos sociales que ponen su felicidad en el guaro. Ellos no pueden compartir con sus familiares si no está el licor en sus fiestas. Se ríen y hablan de todo casi gritando porque el guaro los hace hablar así, pero, al finalizar la noche y al empezar otro día, experimentan estar solos una vez más. Sienten un vacío porque todos se fueron de la reunión familiar y volvió a su vida de siempre.
Ser felices porque hay una cerveza o licor que produce risa no es lo más sano. Usted debe tomar una bebida que lo hará feliz para siempre. Esa bebida es el agua de la vida eterna que se llama Jesús.
Amigo (a), si sientes que tu vida es un desastre a consecuencia de tu embriaguez o tu infidelidad, activa la luz roja y frena los pasos que te llevan a la perdición total de tu vida. Busca la sabiduría de Dios para renovarte y dejar que el guaro sea el que te haga feliz. Busca esa felicidad en Jesús en esta oración: "Bendito Padre, tu que sabes y conoces mi corazón, te pido que perdones mis pecados y que me ayudes a cambiar. No he sido un buen esposo y quiero cambiar. No quiero gastar la plata de la casa en el maldito licor. Señor, hazme un hombre libre y gobierna mi vida. Te pido esto en el nombre de tu hijo Jesús porque no puedo más. Amén".
