"Que Brasil debió golear", "que jugó mal". Las protestas por el flojo desempeño del equipo dirigido por Dunga no se han hecho esperar... �Y qué pasó con el rival? �Acaso no tiene méritos?
Brasil no deslumbró, y al igual que en los mundiales de Corea-Japón 2002 y Alemania 2006 empezó vertiendo sobre el mar las aguas de un río de dudas.
Pero hay que darle crédito a Corea del Norte. El conjunto asiático se plantó bien: ordenaditos en su territorio, haciendo gala de Fair Play (apenas cometieron diez faltas y no recibieron tarjetas), y esperanzados en un fogonazo de buena fortuna al contraataque, los norcoreanos aguantaron hasta el minuto 52, cuando Maicon acertó a meter el balón desde un ángulo casi imposible, aunque con clara complicidad del meta Ri Myong-Guk. Recuerden esta máxima del fútbol: el primer palo es del arquero.
Y así es, el gol que daba algo de respiro a Brasil tuvo que venir desde atrás, pues Kaká no se vio; Luis Fabiano, bien gracias y usted. Sólo Robinho (autor de un pase fenomenal que aprovechó Elano para poner el 2-0) puso algo de esa alegría que a través del tiempo ha caracterizado al balompié "brasileiro". Luego, vendría el 1-2 del susto, gracias a una bella maniobra de Ji Yun-Nam.
Sudáfrica 2010, tercer Mundial consecutivo que Brasil, en su debut, castiga, pero no intimida: en el Mundial del 2002 -año del "pentacampeonato"- debutó con un triunfo 2-1 sobre Turquía, que había sido mejor y cayó sobre el final con un penal (dudoso, por cierto), que se encargó de cobrar Rivaldo; en 2006 -cuando Francia los eliminó en cuartos- la "Canarinha" superó en su primer duelo 1-0 a Croacia, pero sin el deseado "jogo bonito".
Ahora, toca a Brasil batirse ante Costa de Marfil y Portugal, que, por cierto, protagonizaron un duelo de bostezos.