REFLECTOR
Los "supermachos"
Crítica en Línea
Los laopé que se la
tiran de supermachos deben tener cuidado con lo que hacen o dicen cuando
se toman sus tragos ya que a muchos que se les "moja la canoa"
y después cuando están buenisanos no se acuerdan de nada pero
se convierten en el hazmerreír de quienes los vieron "partidos".
Tal es el caso de un conocido abogado de la localidad a quienes bautizaremos
"Jorgito", que tiene tres matrimonios a cuestas, es un levantón
de hembras y dizque el más rareza entre los rarezas, pero que va
mi hermano, cuando el man se toma su trago de whisky se transforma de "él"
en "ella" y qué lío para los que están a
su alrededor.
Este pasiero acostumbra a entonarse en un lujoso club nocturno de Carrasquilla,
donde es frecuente verlo abrazado con "Aves Pálidas" de
categoría que nada tienen que ver con las runchas del Mercado Público...
eso sí, como el man maneja billete, o mejor dicho lo malgasta, siempre
tiene a su alrededor su buen par de manzanillos y manzanillas que lo andan
sangrando y cuando él quiere que le paguen en especie, al estilo
del "Mercader de Venecia", del inmortal Shakespeare, simple y
sencillamente los manzanillos lo chifean.
'Ombe papá, una noche el man se encontró con un laopé
que estaba tranquilamente tomándose sus tragos en compañía
de otro abogado; de inmediato el menta'o Jorgito empezó a pagar rondas
y botellas de bebidas finas y a vacilar con los manes; hasta allí
todo estaba bien, ya que el buay no había chupado mucho porque tenía
planes de llevarse a una de las "aves pálidas" a un apartamento
que tiene donde hace sus sinverguenzuras y estaba esperando que la "pelá"
terminara su turno para perderse con ella, ¡pero que va papá!,
el man le fue cogiendo gusto al vidrio, y se olvidó de la colombiana
que lo estaba esperando.
Los primeros síntomas del "transformer" man es que se
pone "majón" con los amigos y cuando esto sucede los pacieros
lo dejan solo.
Pero en esa ocasión el laopé que acompañaba al amigo
de Jorgito no era del combo, así que cuando el abogado amanerado
le tiró un envión, el laopé lo sentó de un sólido
puñetazo que lo dejó en medio de la sala y de inmediato le
espantó la borrachera.
Este cuento no termina en corregiduría porque los pacieros, cansados,
le explicaron a Jorgito que él tenía un serio problema de
personalidad y que era el hazmerreír de las fiscalías y jueces,
además todo mundo sabía que tenía problemas de complejo
de inferioridad por su corta estatura lo que lo obligaba a usar zapatos
con tacones altos.
El buay muy compungido reconoció que sí tenía un
problema y que el mismo se remontaba a su infancia, esa fue la noche en
que Jorgito comprendió que no podría seguir con la canoa mojada
y que lo mejor era que se regenerara por el bien de sus hijos pequeños,
no vaya a ser que le pasara lo mismo que a un colega que todos los días
los hijos llegan a la casa llorando porque en la escuela los otros amiguitos
le dicen que su papa es tremendo mariflor. Esta historia es verídica.
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Tal es el caso de un conocido abogado de la localidad a quienes bautizaremos
"Jorgito", que tiene tres matrimonios a cuestas, es un levantón
de hembras y dizque el más rareza entre los rarezas, pero que va
mi hermano, cuando el man se toma su trago de whisky se transforma de "él"
en "ella" y qué lío para los que están a
su alrededor. |
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