Domingo 16 de mayo de 1999

 








 

 

 


UN MENSAJE AL CORAZON
El valor y el amor

Mensaje de Mons. Romulo Emiliani

Se necesita una entrega profunda y total para amar y mucho valor para eso. ¿Tiene usted ese valor para amar y entregarse de verdad con el riesgo de ser rechazado? Hay muchas personas que en la actualidad tienen temor de llegar al matrimonio, hasta prefieren vivir juntas antes que enfrentarse a una ceremonia y a un compromiso formal. En el fondo lo que temen es un compromiso de continuidad y por eso no se casan. La verdad es que se necesita mucho valor para amar. El amor nos lleva inevitablemente al compromiso. ¿Tiene usted el valor para amar o... le falta valor para entregarse?

También se necesita valor para perdonar. No es posible amar por mucho tiempo, si no tenemos la capacidad de perdonar con facilidad. En todas las relaciones interpersonales nuestro amor no va a durar mucho a menos que podamos perdonar con prontitud. Cada vez que se entrega totalmente en el amor, tendrá en algún momento que perdonar a las personas que ama, porque no todo el mundo le va a devolver lo mismo que usted da. Quizás usted está alimentando un resentimiento contra su esposo, o contra su esposa, o contra su hijo, o contra su maestro, y no tiene el valor para perdonar. Si realmente usted perdonara, tendría que tragarse su orgullo. Las personas que tienen el valor de perdonar, llegan para eso a ser muy humildes. Se requiere valor para amar, se requiere valor para perdonar, porque cuando uno ama y cuando uno perdona, corre el peligro de ser rechazado por aquellos a quienes amamos, y también el mismo medio ambiente se puede reír de nuestro acto de amor y de misericordia confundiéndolo con un acto de debilidad.

¿Y... qué es el valor? Entendemos bien el valor del bombero y del policía, pero el valor del hombre y la mujer que se acercan a un altar y se comprometen a amarse hasta que la muerte los separe, es un amor tan grande como el valor del bombero, del policía o del soldado. El valor es necesario para comprometerse en la vida a trabajar en las comunidades cristianas o en apostolados. Se necesita valor para dar un sí hasta la muerte al mismo Señor. Existen personas que son en verdad valientes, enfrentándose a una dura batalla contra una enfermedad incurable, asumiendo el compromiso de mantenerse estable emocionalmente y hasta sonrientes, generosos, alegres y dispuestos a servir hasta el último momento. Estas personas son auténticos gigantes. Son verdaderos héroes y han hecho elección entre dos alternativas: autocompadecerse, quejarse siempre de la enfermedad, acabar pronto y morirse o mantenerse ahí, lo más valiente y optimista que sea posible hasta que Dios detenga el último latido. Y eligen mantener firme hasta el final su propósito de compromiso, servicio y ayuda otros dando gloria al Señor con una vida en la cual el amor prevaleció siempre. Valor es aquella persona capaz de decir en su matrimonio: -en verdad te acepto en el bien y en el mal, en la pobreza y en la riqueza, en la salud o en la enfermedad, hasta que la muerte nos separe. Valor es el caso de alguien que tanto ama a Dios, que es capaz de ser testigo de El, de dar la vida por El, de no ceder nada en relación con su vida en Cristo y mantener firme hasta el final. ¡Valor! Necesitamos gente con valor.

 


 




 

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