Quieren la paz, pero no pagarla
de sus bolsillos
Bogotá
EFE
A juzgar por las encuestas,
prácticamente todos los colombianos quieren un acuerdo de paz gobierno-guerrilla
hoy mismo... a menos que el costo salga directamente de sus bolsillos.
El magnate Carlos Ardila Lülle, uno de los más ricos y poderosos
del país, lo ratificó esta semana al expresar reservas sobre
la inclusión de la "redistribución del ingreso"
en las negociaciones con los rebeldes marxistas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias
de Colombia (FARC). "Es necesario revisar qué significa
hacer esa redistribución, porque no se puede desconocer que hay gente
que ha consolidado sus recursos a punta de trabajar durante años",
advirtió Ardila Lülle tras recibir el viernes la medalla al
mérito militar por su apoyo al Ejército.
El industrial aclaró que sigue apoyando los esfuerzos de paz del
presidente colombiano, Andrés Pastrana, pero el mensaje no deja lugar
a dudas: el Gobierno debe negociar con lo que es suyo y no con bienes ajenos.
Para el ex ministro de Hacienda Rodolf Hommes, el problema ha sido un
anuncio precipitado de Pastrana sobre el posible costo de la paz. Tras
reunirse el 2 de mayo, por segunda vez, con el cabecilla de las FARC, Pedro
Antonio Marín -alias Manuel Marulanda Vélez o "Tirofijo"-,
el presidente dijo que los ricos van a tener que entregar hasta el cuarenta
por ciento de lo que tienen como precio para alcanzar la paz.
"Las declaraciones anticipadas sobre los posibles resultados económicos
de las negociaciones han desatado una dinámica que puede dar al traste
con la recuperación económica y hasta con la economía",
señala Hommes en artículo que publicó ayer el diario
El Tiempo.
"Muchos temen que si el gobierno entregó el cuarenta por
ciento de entrada, sin haber comenzado a hablar, la cosa no va a arreglarse
por menos del setenta o del ochenta", agrega el ex ministro.
De hecho, las negociaciones aún no han empezado en firme, aunque
los contactos entre Pastrana, "Tirofijo" y sus colaboradores ya
cumplieron un año.
Según Hommes, los empresarios extranjeros se preguntan para qué
invertir en Colombia ahora si les van a quitar la mitad de lo que tengan
cuando se firme la paz Pastrana-"Tirofijo"; mejor sería
esperar.
"Existe un peligro real de que continúe cayendo la inversión
privada, doméstica y extranjera, pero más rápidamente,
hasta que se aclare qué es lo que se va a negociar, qué no
es negociable, cuál es el resultado más probable y cuándo
se va a llegar a un acuerdo", dice el ex ministro. Y añade
que se corre también el riesgo de que se fuguen los capitales y los
cerebros de Colombia, "a esperar afuera cuál va a ser el desenlace".
El ex ministro explica que Pastrana intentaba "hacer un llamado
a la solidaridad y no asustar al capital", pero que ha conseguido lo
segundo "porque el capital no responde a exhortaciones sino a realidades".
Para los analistas es muy significativo que la advertencia sobre la "redistribución
del ingreso" haya llegado de Ardila Lülle, el empresario más
cercano al presidente: fue el anfitrión de la fiesta en la que Pastrana
celebró su toma de posesión el 7 de agosto del año
pasado.
Pero no hay sorprendidos por las actuales reacciones, en vista de los
precedentes.
Una reciente encuesta reveló que los ejecutivos de las mayores
empresas colombianas quieren la paz y respaldan la gestión de Pastrana,
pero que no llegan ni al diez por ciento entre ellos los dispuestos a ceder
con ese objetivo el diez por ciento de sus ingresos.
A la hora de palpar el propio bolsillo, pocos recuerdan que la paz -por
malo que resulte el acuerdo para algunos- permitirá recuperar tres
o cuatro puntos del producto interior bruto (PIB) que hoy se pierden por
la guerra anualmente.
"Lo costoso -explica Hommes- no va a ser lo que se acuerde, sino
cuánto tiempo toma llegar a ese acuerdo, porque la economía
no aguanta varios años sin inversión privada". Según
el ex ministro, es posible que el proceso de paz sea largo, como creen "Tirofijo"
y muchos analistas; "pero si no se hace pronto, no va a haber economía
para repartir. No vamos a ser pobres sino paupérrimos".
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