En los últimos 15 años, en la Estación Experimental de Gualaca, Carlos M. Ortega del IDIAP está realizando investigaciones para obtener una raza o cruce que pueda ser considerada como ideal ante las olas de calor de aquejan nuestra campiña.
Estos animales deben producir mucho, reproducirse bien, sobrevivir sin problemas de salud, desarrollarse rápidamente, ofrecer productos finales de alta calidad y adaptarse al ambiente donde van a interactuar.
Esto se debe a que los sistemas de cría y ceba de Panamá se desarrollan en el trópico húmedo, y en pastoreo bajo condiciones de extrema deforestación, por lo que es común que el ganado, en especial los novillos, se enfrente al estrés calórico, alteren su comportamiento fisiológico (funciones celulares) y comportamiento del animal (reproducción y producción, esto se traduce en baja producción leche y ganancia de peso vivo).
Para ello, hoy en día se estudia la posibilidad de introducir razas tolerantes al calor genéticamente adaptable (Senepol, Bonsmara, Corara y cruce entre Bos Yaurus europea y Bos Indicio) además del pastoreo en rotación en pradera mixtas y puras de Brachiaris decumbens. La rotación es dependiendo de la pastura con rango de 3 a 7 días de pastoreo por 21 a 28 días de descanso.