CUARTILLAS
Futuro
Milcíades A. Ortiz Jr.
A mí me gusta especular,
imaginar cosas, inventar situaciones y posibilidades. Mucho de este ejercicio
mental se basa en experiencias del pasado, análisis de situaciones
del momento, y algo de "olfato" periodístico, cosa que
algunos niegan que exista, pero los viejos periodistas aceptamos como real.
En medio de esta campaña electoral "aguada", que cansa
a grandes sectores sociales, especialmente a jóvenes, me vino la
pregunta: ¿cuál será el futuro de los perdedores de
la contienda?
Si llegan al final de la elección (como parece que ocurrirá)
los tres candidatos, entonces dos de ellos serán perdedores a no
dudarlo. Aunque debo advertir que hay gente que sostiene que si Alberto
pierde, realmente habrá ganado, pues su figura ha sido proyectada
como un futuro dirigente político para las próximas elecciones.
(Lo mismo dijeron de doña Mireya, cuando perdió la elección
del noventa y cuatro. Hemos visto que ese fracaso electoral no la alejó
de sus deseos de alcanzar la presidencia).
Si pierde doña Mireya, ella ha dicho que se va a retirar de la
política, según leí por allí en un periódico.
Debo señalar que por su edad no lo será, porque es una persona
relativamente joven para seguir actuando en política.
Sin embargo, comprendo su desilusión ante dos derrotas electorales.
Pero en América Latina hay ejemplos de políticos que alcanzaron
el poder luego de aspirar ¡cuatro veces!. Y no hablen de edad, porque
señalaremos presidentes que llegaron a mandar cercano a los ochenta
años (esto también ha ocurrido en Europa).
Lo que sí es cierto es que los viejos arnulfistas irán
desapareciendo por cuestiones de edad. Hay que saber entonces, si la juventud
ha visto en doña Mireya una persona apta para ser presidente en el
futuro. Si es así, tiene futuro político.
Respecto a don Alberto, si pierde la elección parece que no le
afectará mucho su futuro político, porque esta experiencia
le habrá servido de escuela. Si quiere seguir aspirando a la presidencia,
deberá "desde ya" analizar los puntos débiles de
su campaña y su persona como candidato, para corregir imagen y cambiar
situaciones negativas.
Pienso que tendría tiempo para quitarse de encima la imagen de
"rabiblanco", "yeyesito" que dicen algunos que le afecta
en estos momentos. Por supuesto, que debería resaltar más
lo político de él: su capacidad como empresario creador de
empleos y riqueza.
Respecto al Niño Martín, si pierde la elección no
es mucho lo que lamentaría, pues tiene toda una vida por delante
para aspirar a la presidencia. Lo malo es que nadie garantiza que cuando
por ley pueda ser candidato, el actual presidente no quiera volver a encaramarse
en el Palacio de las Garzas.
Con los años la imagen del General Torrijos irá desapareciendo
de la memoria histórica panameña (como ocurrirá también
con la del expresidente Arnulfo Arias). Tal vez en los próximos años
la gente decida respaldarlo más, si es que desea continuar luchando
por la presidencia.
Lo cierto es que en política "no hay sorpresas, sino sorprendidos".
Los votantes son difíciles de conocer, por más expertos en
encuestas y opinión pública se utilicen en las campañas.
Es lógico sugerir a los perdedores, que acepten el resultado de
las urnas y no traten de hacer chanchullos para ganar falsamente.
En esto se deben cuidar de las manipulaciones de sus inmediatos colaboradores,
quienes a veces son los más difíciles de convencer de que
perdieron una elección.
Y finalmente, que si aspiran a ser candidatos en el futuro, que comiencen
desde ahora a trabajar a favor del pueblo. Así la gente no pensará
luego que solamente lo hacen para conseguir votos.
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