Creen que Pinochet fue traicionado
por el jefe de su policía secreta
Chile
AFP
El juez español Baltasar
Garzón, que procesa al ex dictador chileno Augusto Pinochet por crímenes
contra la humanidad, habría recibido documentación inculpatoria
de manos del general Manuel Contreras, el encarcelado jefe de la policía
secreta del ex gobernante, la temida Dina-CNI, informó este martes
el diario La Tercera de Santiago.
Contreras, en el pasado un fiel lugarteniente de Pinochet, está
recluido en un penal de alta seguridad de Santiago, condenado como autor
intelectual del asesinato del ex canciller Orlando Letelier y de su secretaria
estadounidense Ronni Moffit en 1976, en un atentado en Washington.
La supuesta filtración de papeles que comprometen a Pinochet
es una creencia generalizada entre allegados e incluso su hija Lucía
ha informado a círculos del gobierno (del Presidente Eduardo Frei)
que su padre responsabiliza a Contreras de lo que le ocurre, dijo el periódico.
Garzón lanzó una orden de captura de Pinochet bajo cargos
de "genocidio, torturas y terrorismo" y logró que la policía
de Gran Bretaña lo detuviera preventivamente el 16 de octubre de
1998, durante una visita a Londres.
Tras una serie de resoluciones judiciales adversas y favorables al ex
gobernante, pedidas por la defensa y la acusación en los pasados
171 días, la suerte de Pinochet pende ahora de una decisión
del Ministro del Interior del Reino Unido, Jack Straw, quien antes del 15
de abril debe anular o confirmar el trámite para extraditarlo a España.
El 24 de marzo, el comité de juristas de la Cámara de
los Lores sentenció que Pinochet, también ex jefe del Ejército
y actual senador, es extraditable por los delitos perpetrados en los últimos
15 meses de su gobierno, desde el 8 de diciembre de 1988, cuando entró
en vigencia en España, Gran Bretaña y Chile la convención
mundial contra la tortura.
Los lores negaron validez procesal a los cargos de Garzón por
crímenes antes de esa fecha, pero aun acatando el fallo, el magistrado
ha hecho notar ante Straw que existe continuidad de políticas represivas
durante toda la gestión del ex presidente militar, lo que justifica
una condena.
Para el periodo posterior a 1988, Garzón acopia unos 40 casos
de opositores que sufrieron sevicias y crueldades, varias con resultado
de muerte.
Dirigentes de una fundación de Santiago que lleva el nombre de
Pinochet atribuyeron esos actos a subalternos que se extralimitaron en sus
funciones policiales.
Sin embargo, un ex agente de la Dina/Cni, Carlos Herrera Jiménez,
encarcelado en la misma prisión que Contreras, criticó a los
"jefes" envueltos en los abusos, que en el expediente de Garzón
aparecen ilustrados con al menos 3.000 ejecuciones y desapariciones forzadas
de disidentes.
"Aunque duela reconocerlo, este (el chileno) es el único
Ejército del mundo que, cuando ha correspondido, sus generales no
han asumido las responsabilidades por las ordenes que dieron", dijo
en una entrevista difundida lunes por el diario santiaguino La Hora.
Herrera, ex capitán castrense implicado en los asesinatos del
sindicalista Tucapel Jiménez y un dirigente demócratacristiano,
pidió perdón a sus víctimas y se exculpó como
un equivocado que se dejó llevar por "ídolos de barro".
En su versión sobre la actitud de Contreras en contra del arrestado
Pinochet, el diario La Tercera recordó que el jefe de la policía
secreta de la dictadura, que alega inocencia en el asesinato de Orlando
Letelier y la norteamericana Moffit, ha reiterado que él recibía
ordenes superiores.
La Dina "dependía directamente del Presidente de la República"
(Pinochet), afirmó Contreras en 1998 en un escrito a las cortes,
demandando su libertad antes de cumplir su pena de 7 años de presidio,
citó el diario.
La Tercera dijo que un intento por interrogar a Contreras sobre sus
supuestas acciones contra Pinochet, encontraron el lunes una enigmática
respuesta:
"No le estoy enviando ningún documento a Garzón,
sino al 'maitre', para que haga una buena ensalada", respondió
el ex general.
Citando a "cercanos" a Pinochet, el diario dijo que Contreras
habría entregado a Garzón documentos sobre la "Operación
Cóndor", un entendimiento entre las agencias secretas de las
dictaduras militares sudamericanas del pasado que permitió eliminar
a cientos de militantes y líderes de las organizaciones subversivas
izquierdistas en la década de los 70.
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