1978, 79, 91, 92, 93, 96, 98 y 99
Chiriquí haciendo historia
Crispín Chavarría N.
Crítica en Línea
El equipo de Chiriquí
llegará esta tarde a su provincia cargando su octavo título
de su historia y el sexto de la década tras barrer a Coclé
4-0 en la serie final. El banderín alcanzado para los chiricanos
es doblemente de orgullo, ya que se lo llevan enarbolando la codiciada copa
"Reversión del Canal" y es el último del siglo.
La historia guardará en sus libros a Chiriquí como los
mejores de la década del 90 y en ella sobretodo a este equipo de
1999, que fue dirigido otra vez por el cubano Franger Reynaldo, quien suma
los cuatro últimos gallardetes con la provincia.
Los panameños acostumbrados al regionalismo beisbolistico hoy
vuelven a hacer la reverencia a los chiricanos que mostraron durante todo
el torneo ser los mejores, acompañados de la afición más
fiel que existe en el país.
Chiriquí sumó en la ronda regular 15 triunfos y perdió
3, mientras que en la semifinal alcanzó
8 victorias contra 3 derrotas y al final barrieron a Coclé 4-0,
para ser la cuarta provincia en lograr esa difícil tarea.
El final feliz de Chiriquí recoge 27 partidos ganados y sólo
6 derrotas, con más de 70 cuadrangulares y 130 carreras empujadas
y un formidable cuarteto que involucra a los ambidiestro Dimerson Núñez
(JMV), Víctor Preciado y el siempre consistente Virgilio Kaa y el
recién invitado a esta escuadra de lujo, Fredy Herrera. Si se agrega
alguien sería a Luis Murillo otro telonero de fuerza que recuperado
alcanzó a ser el designado esperado en las últimas dos rondas.
Estos "slugger" contaban con el arranque inicial y final de la
ofensiva de Rodolfo Aparicio, Erick Gonzáles y Emilio Salcedo. Todos
bateadores que promediaban por arriba de los .300. En el montículo
tuvieron a Bienvenido Cedeño, quien cumplió su mejor año,
con nueve victorias sin derrotas, de las 27 que se llevaron.
Es indudable que este equipo chiricano se hizo con un solo propósito,
el de ganar el título y para eso se comenzó temprano a trabajar
en las ligas chicanas, un hecho que es ejemplo para las otras ligas provinciales,
si desean verse en un sitial como en el que se encuentra Chiriquí,
mirando desde el "Valle de la Luna" con mucha superioridad a sus
adversarios.
El equipo chiricano está valorado por encima de los B/.150.000.00
y sus jugadores están patrocinados y reciben incentivos adicionales
durante los torneos y fuera de ellos
"Esto no lo logramos gratis, hay que trabajar duro e invertir mucho
desde los entrenamientos", dijo Carlos Alvarado, presidente de la liga
y el motor de la alegría que hoy vive Chiriquí, una provincia
que se encuentra a unos 450 kilómetros de la capital, pero que llega
todos los años a rugir con los campeonatos nacionales de béisbol,
que hoy los deja como los reyes del espectáculo.
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