Miércoles 7 de abril de 1999

 








 

 


FAMILIA
¿Sólo una enfermedad de transmisión sexual más?

Tomado de SINORAMA

Las investigaciones realizadas indican que el VIH muta continuamente y que existen ya diez cepas. Identificar la cepa contribuye a identificar la fuente infecciosa. Chen Hao-young, director de la sección virológica del Instituto Nacional de Medicina Preventiva, explica que los análisis estadísticos indican que el VIH-B, originario de Norteamérica, es el más común en Taiwan, responsble de un 67 por ciento de los infectados. La segunda variedad más común es el VIH-E, del Sudeste Asiático, con un 23% de los casos. Embos tipos se transmiten por vía sexual. Chen Yi-ming, exlica que el factor crítico es más del 80% de las infecciones en la isla es la actividad sexual.

Chen Sheu-chien comenta que, en el extranjero, un factor de infección más común es a través de las agujas hipodérmicas entre los drogadictos. Pero en Taiwan hay relativamente pocos drogadictos por ví9a intravenosa, y las jeringuillas son fáciles de conseguir, por lo que este grupo representa una fracción mucho menor del total de casos de SIDA en la isla. "En Taiwan, el SIDA es una enfermedad venérea", asegura Troy Lee. Antes, la principal misión de la asociación Faro de Amistad era cuidar de los enfermos de SIDA; pero recientemente el grupo comprendió que la clave de la prevención está en la concientización de aquellos que a{un no han sido infectados. "Si ya es difícil hablar de sexo, no digamos del SIDA". Lee piensa que la prevención del SIDA debe empezar con la educación sexual.

Los derechos de los enfermos

A menudo los seropositivos no se atraven a enfrentarse a sus propias familias, y aún teniendo el coraje necesario, las presiones externas les privan de un lugar en la sociedad. Un estudio realizado en 1997 por Hsu Mei-ling y Huang Shu-chen, profesor del Departamento de Educación de la Universidad Normal Nacional de Taiwan (UNNT), revelada que el 56'7 por ciento de los encuestados creían que, para proteger la salud de los demás, a los infectados por el VIH y a los enfermos de SIDA no se les debería permitir trabajar fuera de sus casas. Además, el 25% pensaba que los niños enfermos de SIDA node berían poder asistir a la escuela. Queda claro que aún queda mucha batalla en la protección de los derechos de los afectados por el SIDA.

En 1994 hubo un caso en el que un niño, de apellido Chen, contrajo la enfermedad a través de una transfusión después de un accidente. Al volver a la escuela, los 22 compñeros de su grupo anularon su matrícula. Por fortuna para el niño, aunque estuvo sólo durante parte de su infancia, no perdió su derecho a a la educación pública. No es así para enfermos mayores, que no tiene derecho ni a presentarse a los exámenes de acceso a los estudios universitarios y de posgrado en algunas instituciones. La expulsicón de Tien Chi-yuan, seropositivo, de la UNNT, donde estudiaba bellas artes, fue en su momento noticia de primera plana. Finalmente, bajo la presión de la opinión pública, la institución le permitió completar su estudios a distancia.

 

 

 

 



 

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Velocidad, denominador común de accidentes en Semana

La Cruz Roja atendió 28 casos menos que el año pasado

 

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