Con la tradicional quema de bultos de madera frente a la Casa Comunal de Natá de los Caballeros el pasado 7 de marzo (víspera), se inició la fiesta de San Juan de Dios, el patrono de los pobres, con la llegada de los feligreses.
Ellos se desplazan desde Herrera, Los Santos y de comunidades apartadas de Coclé como El Copé, Tolé, Las Palmas y El Espavé, en largas caminatas, con la esperanza de hallar alivio a su pobreza y ser partícipes de la fiesta del milagroso San Juan, que para muchos representa su seguro de salud en esta vida.
La imagen del santo es adornada para la ocasión con flores de múltiples colores y rodeada de largos cordeles de donde cuelgan cientos de pequeñas figuras talladas en plata, que representan diversas partes del cuerpo como agradecimiento a los milagros ofrecidos. Caída la tarde del día 8, fecha del santo, la imagen es llevada en procesión por las principales calles de Natá, seguida de sus fieles que le acompañan hasta entrar a la iglesia entre aplausos, repiques de campanas y música solemne, para despedirse y con la promesa de regresar el otro año a ver al santo de los pobres y enfermos.