La Casa Blanca rechazó sostener reuniones directas y bilaterales entre Washington y Pyongyang para poner fin a la crisis nuclear, como lo pidió un alto diplomático norcoreano.
"No es un problema entre Corea del Norte y Estados Unidos, es un asunto regional", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan.
El embajador adjunto norcoreano en la ONU, Han Song-Ryol, afirmó que su país podría regresar a las negociaciones sobre sus ambiciones nucleares si Washington cambia su política "hostil" hacia ese país, en una entrevista publicada el viernes en un diario surcoreano.
Norcorea anunció que se negaba a reanudar las negociaciones sobre su programa nuclear con la segunda administración de George W. Bush y declaró que reforzaría su arsenal atómico para protegerse de un eventual intento estadounidense de derrocar al régimen.
"Todos los países vecinos de Corea del Norte reconocen que se trata de un problema regional y que su resolución necesita una visión multilateral", agregó McClellan.
El régimen norcoreano ya había rechazado participar en una cuarta serie de conversaciones que tendría que haber reunido en septiembre en Pekín a las dos Corea, Estados Unidos, China, Japón y Rusia.