Crecen la angustia y la desesperanza entre las víctimas del sismo

Colombia
AFP

Los saqueos de comercios y las protestas de hambrientos damnificados aumentaron este jueves los sentimientos de angustia y desesperanza de las víctimas del terremoto que el pasado lunes asoló una vasta zona del centro-oeste de Colombia, y que ya ha dejado 742 muertos y más de 3,000 heridos.

Desde los barrios populares del sur de Armenia, que sufrieron los más graves destrozos en esta capital provincial de 250.000 habitantes, centenares de enardecidos damnificados se encaminaron al centro para tomar las tiendas y supermercados que quedaron en pie, mientras algunos policías disparaban al aire para tratar de disuadirlos.

"Queremos comida, dennos comida y no bala, tenemos hambre", gritaron varios de los damnificados. En la asonada, que pareció amainar con la lluvia y la llegada de la noche, no se produjeron muertos ni heridos. Horas más tarde, el Gobierno ordenó militarizar la zona.

Los damnificados alegaron falta de asistencia y demoras en la entrega de la ayuda oficial y los donativos hechos por diversos países, organismos internacionales y millares de ciudadanos colombianos.

Ante esta situación, el presidente Andrés Pastrana decidió viajar a Armenia para coordinar desde este jueves la entrega de los auxilios a los damnificados, que reclaman alimento, agua, carpas y medicinas.

"En este momento, hay alimentos suficientes, y lo que necesitamos es que se distribuyan, y a eso vamos a dedicar todos los esfuerzos", dijo Pastrana a los reporteros, tras señalar que "ni el país ni el mundo tienen idea de la magnitud de la tragedia" que envuelve al corazón cafetero de Colombia.

Pastrana reiteró que permanecerá en la zona "todo el tiempo que sea necesario", en compañía de sus más cercanos colaboradores, el director de la Policía, el general Rosso José Serrano, y funcionarios de distintos organismos oficiales.

Tres días después del sismo, socorristas, militares y policías colombianos, apoyados por expertos de Estados Unidos, Japón, Francia, Alemania, Gran Bretaña y México, continuaban en su empeño de buscar sobrevivientes entre las ruinas y atender a los heridos.

Entre el martes y el miércoles, según informó la Cruz Roja, fueron encontradas con vida 18 personas entre los restos de viejas edificaciones.

Este jueves se empezó a hacer efectiva la entrega de 95 toneladas de comida que no habían podido llegar a su destino debido a las labores de rescate, las torrenciales lluvias y las numerosas réplicas del sismo, que vuelven a llenar de pánico a los habitantes de esta ciudad enclavada en la Cordillera de los Andes.

 

 

 

 

 







 

Desde los barrios populares del sur de Armenia, que sufrieron los más graves destrozos en esta capital provincial de 250.000 habitantes, centenares de enardecidos damnificados se encaminaron al centro para tomar las tiendas y supermercados que quedaron en pie, mientras algunos policías disparaban al aire para tratar de disuadirlos.

 

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