Hace unos años, expresé opinión sobre el mismo tema, el cual no pierde vigencia, y sobre todo en estos tiempos navideños en que esta sociedad se llena la boca diciendo que quiere lo mejor para nuestros niños.
Todos los años nacen en Panamá alrededor de 65 mil niños. De los 65 mil nacimientos alrededor de 13 mil son de madres adolescentes, un 20 %. Además, otro porcentaje significativo es de los niños que nacen de embarazos no deseados por madres no adolescentes. Por inmadurez física, mental y social los embarazos de adolescentes son no deseados. En total, los embarazos no deseados, son más del 50% del total, generando niños prisioneros.
Luego de haber desarrollado proyectos innovadores como "Adolescentes Saludables hacia el Nuevo Milenio", "Sexo Sentido para toda la Vida" y "Avanzada sobre Areas Postergadas" en los dos años que ejercí como Director Regional de Salud de San Miguelito, proyectos que tenían áreas comunes como reducir los embarazos no deseados, principalmente en adolescentes y mujeres marginadas, porque ellas, salvo raras excepciones, traen niños prisioneros por sus carencias. Carencias tales como desnutrición física, falta de madurez mental y afectiva, problemas económicos y sociales, condenando al niño, muchas veces a cadena perpetua en la pobreza o pobreza extrema y siendo ataduras para ellas y su entorno familiar para liberarse de la marginación.
Mi percepción es que como sociedad hacemos poco o nada para prevenir el aumento de los niños prisioneros.
La concepción y nacimiento de un niño es un acto de suprema responsabilidad que por ignorancia o incultura, nuestra población, femenina y masculina no logran comprender. Pero tampoco lo comprenden nuestros políticos que llegan a los puestos que deben generar políticas para reducir, y a futuro eliminar, las causas que generan niños prisioneros.
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