Miles de venezolanos desistieron ayer de celebrar las tradicionales fiestas de Nochebuena para hacer largas filas en procura de gasolina, en medio de un paro general contra el presidente Hugo Chávez que ha casi detenido las exportaciones petroleras del país.
La protesta, que comenzó el 2 de diciembre y a la que se sumaron trabajadores de la firma estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), motor de la economía del país, ha interrumpido el normal flujo de combustibles y alimentos y causado oleadas de compras en supermercados y gasolineras y de retiros de efectivo en bancos.
La inédita escasez de gasolina en este miembro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), donde sus habitantes usan vehículo para desplazarse a las más cortas distancias, ha sorprendido a muchos, pero otros creen que el sacrificio vale la pena si logran que Chávez renuncie.
"Lo estoy pasando fantástico, que Chávez se vaya", dijo Astrid Pacheco, una estudiante que jugaba dominó con un grupo de amigos al lado de su vehículo a la espera de poder surtirse de combustible en una gasolinera en el barrio de Altamira, en el este de la capital. |