Aunque mucha gente identifica esta época del año con fraternidad y buenos deseos, hay personas, que al sentir la proximidad de los festejos decembrinos, se sumergen en profundo estado de tristeza, desánimo y decaimiento, llamado depresión navideña.
En la época navideña abundan sonrisas, abrazos fraternos, buenos deseos y, en resumen, ambiente de paz y tranquilidad. Los niños disfrutan las fiestas con la ilusión de ver cumplidos sus deseos traducidos en juguetes y diversos regalos. Por su parte, los adultos aprovechan el momento para estar con familiares y viejos amigos, además de tener la oportunidad de reflexionar sobre las cosas realizadas durante el año, que está a punto de terminar.
Sin embargo, estas fiestas que conmemoran el acontecimiento religioso del nacimiento del Niño Dios, afectan a las personas de diferentes formas; si bien es cierto que la mayoría de la gente experimenta sentimientos de felicidad y satisfacción, existen quienes, por el contrario, se deprimen y no desean celebración alguna.
De acuerdo con la opinión del Dr. Gonzalo Alemán Cruz, Psicologo de la Clínica Familia Integral, este fenómeno parece repetirse con mayor frecuencia, precisamente, durante las celebraciones decembrinas, ya que cada vez existen más personas que se vuelven "víctimas de la modernidad", por lo que viven, están o se sienten solas, de modo que sufren cuando se aproxima tan importante fecha al venirles a la mente recuerdos de Navidades anteriores donde quizá hubo excelentes momentos o, por el contrario, se suscitó un problema familiar o la pérdida de algún ser querido.
El hecho de revivir estos recuerdos hace que tales individuos vuelvan a experimentar las mismas emociones y que, en algunos casos, sobrevenga la depresión.
LOS CULPABLES
Comenta el Dr. Alemán Cruz que, aunque no se sabe a ciencia cierta qué ocurre en el ser humano, algunos estudios indican que la reducción de horas de luz solar, hacen que disminuya el nivel de seratonina en el organismo, lo cual favorece la depresión, debido a que esta sustancia química que se genera en el cerebro es un neurotransmisor (sustancia que permite la comunicación entre neuronas) estabilizador del estado de ánimo.
Dicho estado de ánimo se identifica, dice el especialista, debido a que surgen en la persona sentimientos de tristeza, desesperanza, pesimismo, aislamiento, trastorno del sueño, falta de apetito, apatía y, por tanto, desmotivación, así como pérdida de sensaciones alegres para disfrutar situaciones que antes le daban placer, como comida, sexualidad y socialización.
Ante esta situación, el psiquiatra recomienda que en estas fechas se evite estar solo y se busque la compañía de amigos y familiares que permitan a la persona sentirse mejor, y para que pueda superar la propia tendencia del trastorno que es el aislamiento, además de acudir al médico para recibir tratamiento farmacológico, ya que la depresión no es mal que se cure solo.
¿DEPRESION?
Es importante, asimismo, marcar la diferencia entre tristeza y nostalgia, pues son dos cosas distintas. Todos podemos sentir algún grado de nostalgia en Navidad, lo que no es normal es que esta tristeza tome otras dimensiones, prevalezca más tiempo o interfiera en las actividades diarias, como dormir y comer.
La depresión es una enfermedad psicológica en la cual prevalece un estado de ánimo con ciertas características que duran, mínimo, dos semanas y que implica sentimientos de inapetencia, insomnio, desgano, pérdida de motivación y energía, deseos de llorar y tristeza, entre otras cosas, por lo que es necesario saber identificarla para recibir atención médica inmediata.
Volver al sentido auténtico de la Navidad como celebración religiosa, a fin de tener un motivo espiritual que invite a la renovación interna, es la mejor fiesta que podemos tener si sentimos profunda tristeza. Después de todo, piense que la compañía de amigos es ideal para evitar deprimirse.
